Cuando hablamos de vinificación en huevo, nos sumergimos en una historia que se entrelaza con la tierra, la tradición y la innovación. En la bodega hemos decidido honrar esta rica herencia con un enfoque que nos conecta directamente con las raíces más profundas de la viticultura: la vinificación en depósitos ovoides de hormigón, una técnica que remonta a las antiguas civilizaciones que utilizaban ánforas de barro para criar sus vinos.
Generación 50: Una Garnacha Blanca que cautivaEntre los tesoros de nuestra bodega se encuentra
Generación 50, una Garnacha Blanca que no solo rinde homenaje a nuestra querida Milagros, segunda generación de la familia, sino que también destaca por su elaboración en depósitos ovoides.
Eduardo Ariño, nuestro Jefe de Producción, explica con pasión cómo esta técnica impacta en la elaboración del vino:
“La Garnacha Blanca del Generación 50 se vinifica en depósitos ovoides de hormigón, lo que permite una crianza sobre lías continua sin necesidad de maquinarias adicionales. Este método contribuye a que la acidez se integre y ensamble, dándole cuerpo al vino.”
La forma ovalada del depósito no es solo un capricho estético, sino que juega un papel crucial en el proceso de vinificación. Esta forma genera una fuerza biodinámica natural, que mantiene las lías en constante movimiento, suspendidas y girando suavemente en un ciclo interminable. Este movimiento continuo permite que el vino se redondee, integrando su acidez de manera perfecta y dotándolo de una elegancia y complejidad inigualables.
Un Vino blanco con almaLa vinificación en hormigón, aunque menos común hoy en día, tiene profundas raíces en la historia vinícola. Con la llegada de materiales como la madera y el acero, el uso del hormigón cayó en desuso, pero hoy en día, esta técnica está siendo redescubierta y apreciada por enólogos que buscan respetar la esencia del vino y sus orígenes.
Generación 50 es un ejemplo brillante de este enfoque. Después de 9 meses de crianza sobre lías en estos depósitos especiales, este vino emerge con un color dorado cristalino, elegante a la vista y aún más seductor al olfato. Sus aromas de frutas tropicales como la piña, el maracuyá y el mango se entrelazan con notas de frutos secos, recordando las nueces de macadamia. En boca, es un vino redondo y untuoso, con un final sedoso que invita a seguir disfrutándolo.
La Esencia más pura de la Garnacha BlancaEste vino es más que una simple botella; es un tributo a la tierra, a las personas que lo hacen posible, y a la historia que lo respalda. Generación 50 captura la esencia pura de la Garnacha Blanca, una variedad que en nuestro viñedo encuentra su máxima expresión. En cadacopa, sentirás el cuidado y la dedicación que hemos puesto en su creación, así como el respeto por los métodos ancestrales que siguen vivos en nuestras manos. Este vino es, sin duda, una celebración de lo que somos y de lo que queremos compartir contigo: la pasión por hacer vino de verdad, con alma y con historia.
¡Te invitamos a descubrirlo y dejarte llevar por esta experiencia única! ????
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