El Derechero, también llamado localmente “Drechero”, es la variedad pre-filoxérica recuperada de este vino homónimo de Muniesa. Es un vino singular, uno en el que sus viñas se toman su tiempo, sus procesos son tardíos en comparación con la garnacha, un ejemplo de esto es su vendimia en octubre. Hemos bautizado a estas viñas, como fénix, por su capacidad de resistir a toda inclemencia; condiciones climáticas extremas, sol, sed, altitud e incluso, la filoxera, una de las mayores plagas conocidas en España.
Esta tercera añada llevada a cabo en la bodega ─la segunda en estanterías─ tiene una fuerte historia detrás, un rasgo característico común en las referencias que elaboramos. En el caso del Derechero, está la figura de Féliz Yus, audaz como estas viñas, quién confió en ellas desde el momento cero y con una tenacidad de admiración, lideró su recuperación a lo largo de los años y finalmente, a través de los estudios realizados por el Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA) de Aragón para la recuperación de variedades minoritarias aragonesas. Gracias a este proyecto hemos podido sumar innumerables saberes del campo de la mano de la experiencia del trabajo diario de Félix. Su conocimiento popular del entorno y sus tiempos es inmenso.
Sin esta admirable visión de Félix, hoy por hoy no tendríamos estas 5000 botellas de Derechero que conforman esta nueva añada. Su fe en estas viñas, de baja producción hacen posible un vino tinto singular en boca e impactante, de un carácter original, como su historia, llena de renacimiento y espera impasible contada por su viticultor, Félix Yus, quien con una carta a mano, nos trasmite las crónicas de estas viñas viejas.
Datos del “Drechero”
“Año de la filoxera, muere todo el viñedo, de pie franco, o del terreno, esta variedad resiste quedando bastantes cepas. A los 5 años de dicha enfermedad, llega el pie o barbado llamado americano, resistente a la filoxera, de todas las variedades que llegan, la rupestre, es la que da mejor resultado.
Esta variedad, se fue poniendo en los centros de las viñas, en tierra de más cuerpo, donde mejor resultado todo daba. Cuando se pagaba por arrancar el viñedo, estuvo en vía de desaparecer.
Movera en esa época, estaba recuperando las variedades en vía de desaparecer, como era el caso de esta variedad.
El equipo que estaba en aquel momento en Movera, ponen interés en recuperarla, la llevan al banco de Germoplasma.
Durante 3 años, se manda en neveras portátiles al laboratorio de Majadahonda, para su registro, el equipo constaba de Ramón Muñoz, Javier Andreu, Pedro Cebrian y Ernesto Franco.
Observan que esta variedad no está en ninguna zona vitícola. Hacen las gestiones y la reconocen como autóctona nuestra y la reconocen como tal.
Empiezan el trabajo con cántaros de 20 litros, después con 200 kilogramos, al año siguiente con 400 kilogramos, el cuarto año deciden realizar dos vendimias en 15 días de diferencia, observando su calidad. Piensan hacer un ensayo en una parcela de 5000m2, para seleccionar los clones de más calidad.
Hoy seguimos con otra parcela de una Ha, con los 4 clones que reúnen las condiciones para elaborar un gran vino. Así como su producción no rebosar los 7000 kilogramos por Ha”.
Félix Yus.
Imagen de la carta expuesta hoy en la tienda de la Bodega para dar a conocer a Félix y su trabajo.